Conflictos Societarios

El inicio de una actividad empresarial supone a menudo el entusiasmo de los accionistas, el ánimo de querer generar utilidades y de lograr acuerdos para que el negocio resulte lo mejor posible para todos. En un comienzo todo parece ser ilusión y excelente disposición para alcanzar las metas y objetivos.

Sin embargo, a medida que va creciendo o avanzando la actividad societaria es frecuente que surjan discusiones, cuestiones o diferencias que van friccionando la relación entre los socios. Desgraciadamente, en muchos casos estos conflictos llevan a la disolución de la empresa o la marcha de algunos de los miembros de la sociedad.

Claramente estos problemas se dan a raíz de la toma de decisiones que deben llevarse a cabo para el funcionamiento del negocio, pues es difícil que puedan confabularse todos los socios en cuanto a los diversos temas que deben tratar. Más aún cuando son muchos los socios o dueños de la empresa. Aunque no debe olvidarse que también surgen estos roces por otros factores, como, por ejemplo, conflictos de poder o conflictos familiares, cuando aquel es el vínculo que existe entre algunos o todos los miembros de la sociedad.

Pasaremos a analizar los tipos de conflictos societarios que pueden darse en la actividad empresarial:

  1. Conflictos Económicos: El primer tipo de conflicto que se da, y que es a la vez el más común, es el conflicto económico. Acá la principal cuestión se basa en decisiones relativas a si se deben repartir o no las utilidades, si se debe asumir un determinado gasto, recortar otros, realizar una determinada inversión, modificar una estrategia, etc.

Es usual que se den estas discusiones, sobre todo teniendo en cuenta que aparecen cuando se deben adoptar decisiones en conjunto respecto al funcionamiento de la empresa, el visualizar cómo se crecerá en el futuro y, en general, cuál será el mejor rumbo para el negocio según cada miembro.  Por supuesto, no todos proponen los mismos medios para llegar al mismo objetivo.

  1. Conflictos de Poder: Este tipo de conflictos se da usualmente cuando se enfrentan socios con influencias similares en la empresa. Es importante tener en cuenta que la influencia de cada socio en la sociedad está dada por el mayor o menor peso que tenga aquel en el capital social total. Es por esto, que surgen a veces bloques de poder que intentan contrarrestar la influencia de otros socios que tienen menores aportes al capital social. De todas maneras, un gran ejemplo de conflicto de poder es aquel en que un socio se atribuye poderes o funciones que no tiene de conformidad a los estatutos, y se inmiscuye en las funciones de otros socios.
  1. Conflictos Familiares: Los conflictos familiares, como ya se adelantaba, se dan cuando en un mismo negocio participan como socios personas que tienen vínculos familiares. Este punto es bien delicado si se tiene en cuenta que en un negocio es clave que se dejen de lado ciertas situaciones o circunstancias ajenas a la actividad que puedan generar un desbalance en las relaciones, y que finalmente terminen por traducirse en perjuicios para la sociedad. A veces, pueden surgir problemas familiares que se dan fuera del ámbito empresarial, pero que al involucrar personas que forman parte de la empresa, pueden alcanzarla. Ejemplos de esto serían divorcios entre los socios, en caso de ser cónyuges; partición de una herencia y que uno de los socios no quiera seguir adelante con el negocio; fallecimiento de uno de los socios que provoque el decaimiento de la sociedad, etc.

¿Cómo resolver conflictos entre socios?

Ya se ha evidenciado la frecuencia con la que se producen los llamados conflictos societarios. Ahora, cabe entregar herramientas que pueden ser útiles tanto a la hora de prevenir uno, o bien, para arreglar un conflicto ya trabado.

Medidas preventivas

Un recurso preventivo efectivo puede ser la constitución de un protocolo a seguir en caso de producirse un conflicto societario, que por lo general está incluido en los estatutos de la sociedad, justo después de haber delimitado claramente las funciones y cargos de cada socio.

Es frecuente que empresas de consultoría o asesoría de empresas redacten estos protocolos.

También pueden ser útiles los denominados pactos parasociales. Aquellos consisten en firmar un acuerdo en el que se regulen situaciones o circunstancias que no estén previstas en los estatutos. Estos pactos tendrán validez entre quienes los firmen y deberán ajustarse a la ley y los estatutos de la sociedad para que puedan ser invocados eficazmente.

Métodos de solución

Por otro lado, si no es suficiente la adopción de estas medidas preventivas o no resultaron de la mejor manera, es posible acudir a un mediador. Este mediador es un asesor jurídico que busca una negociación beneficiosa para todos los socios, de manera de evitar un eventual litigio en tribunales y abaratar, por extensión, los costos.

Para finalizar, siempre es posible recurrir a la justicia para resolver el conflicto societario en caso de haber agotado previamente todos los recursos extrajudiciales que se tuvieren al alcance.

En todo caso, debe tenerse en cuenta que, tanto para la empresa como para los socios, existen grandes desventajas al optar por esta opción. Recurrir a tribunales supone un desembolso económico mayor y un desgaste emocional para todos los socios, que incluso podría terminar por perjudicar al negocio. Es más, a menudo suele dañarse la imagen de la empresa frente a clientes, proveedores o terceros cuando se da inicio a la actividad judicial para solucionar el conflicto.

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